Hace 12 años un terremoto en las costa de Japón provocó un tsunami dejando la central nuclear Fukushima sin electricidad. Los sistema de enfriamiento dejaron de funcionar y la planta comenzó a fusionarse. Toneladas de aguas radioactivas aún se encuentran en el lugar sin ninguna función y Japón se prepara para verter todas esas aguas radioactivas al Océano Pacifico con porciones de químicos que pueden perjudicar la vida marina y la salud humana en los años venideros.
Estas aguas radioactivas serán lanzadas de manera lenta al océano. Los componentes o elementos peligrosos que contienen estas aguas fueron diluidos a escalas que no perjudiquen la fauna o la flora oceánica. La organización Internacional de Energía Atómica apoyo la decisión de la central nuclear Fukushima conociendo que no todos los elementos peligrosos que contienen dichas aguas puedan ser eliminados en su totalidad.
Un nivel de isótopo de hidrogeno, llamado tritio radioactivo permanecerá en las aguas que verterán al océano en los próximos días. El organismo Internacional de Energía Atómica y Japón alegan que este químico a niveles mínimos en el agua no es una amenaza para la vida marina ni para la humanidad. Aseguran que la concentración de Tritio descargada en los mares del pacifico estarán dentro de los limites aprobados por la Organización Mundial de la Salud. Esta garantía no ha sido suficiente para calmar los temores de los ciudadanos y pescadores de Japón.
Hay una preocupación grandísima en la humanidad de los daños que esto pueda causar al ecosistema marino. Con el pasar de los años este evento puede causar escasees de alimentos que provienen del mar como también contaminación a las aguas del mundo entero. ¡Prepararnos nos toca a todos!