Hoy en día, prevenir la propagación del virus es una cuestión primordial. ¿Pero cómo o dónde sucede esto? ¿Es fácil o difícil contraer un virus?
Cuando mis hijos eran pequeños, si alguno de ellos cogía gripe, todos caíamos enfermos, por más intentos fallidos que hice para aislar a mis hermanos, siempre caíamos enfermos. Pero en aquel entonces, hace casi una década, los virus no eran tan peligrosos ni nos preocupaban tanto como lo son ahora.
El contagio se produce de una sola forma: a través de bioaerosoles.
Bioaerosol es lo que se encuentra suspendido en el aire que está o estuvo vivo y es producto de algo vivo como: virus, bacterias, esporas de hongos, ácaros del polvo, escamas de la piel. Al hablar, estornudar y toser emitimos pequeñas partículas de saliva que si estamos con algún tipo de virus en el cuerpo estas partículas van cargadas de dicho virus, tienen la capacidad de permanecer vivas en el aire y en las superficies, en este momento el contagio. ocurre. Esto ocurre mayormente en lugares cerrados ya que en la naturaleza y espacios abiertos hay mucho oxígeno y espacio para que estas partículas infectadas puedan disiparse.
Por ejemplo, estamos en un lugar cerrado, digamos una peluquería o manicura que es un ambiente cerrado. Al 50% o 70% de su capacidad, si una persona con un virus se presenta, habla y/o estornuda “sin mascarilla” todas esas partículas/bioaerosoles, según un estudio de la OMS de 2009, pueden liberar hasta 3.000 gotas de secreciones en el aire. Después de flotar en el aire durante horas, pueden aterrizar en las superficies y sobrevivir desde unos minutos hasta unos pocos días. Si una persona respira estas partículas se produce el contagio. Una persona con una mascarilla está protegida de contraer la enfermedad sólo si la mascarilla todavía tiene todas sus propiedades protectoras.
La mascarilla quirúrgica puede seguir siendo eficaz durante un máximo de cuatro a seis horas seguidas, siempre que no esté mojada ni sucia. Cada vez que hablamos, los bioaerosoles humedecen la capa filtrante y protectora de la mascarilla, por lo que su eficacia y protección reduce para luego desaparecer. Las personas que usan la mascarilla todos los días durante más de 6 horas y luego la reutilizan al día siguiente no están protegidas. Es como si no llevaran ninguna mascarilla.
Esta información se basa en un estudio realizado para investigar la presencia de virus en la superficie de las mascarillas quirúrgicas. Una parte del estudio se llevó a cabo en un laboratorio con un maniquí y un spray fluorescente donde, tras un uso prolongado de más de 6 horas, se encontraron restos de virus en las mascarillas.
Estos hallazgos fueron confirmados a través de un pequeño estudio clínico realizado con 148 profesionales de la salud que usaron mascarillas quirúrgicas durante un turno (6-8 horas) o tanto tiempo como pudieran tolerar. La tasa general de positividad del virus fue del 10,1% (15/148).
Una forma eficaz de eliminar todo tipo de virus y bacterias de forma natural es mediante el uso de ozono. El ozono es un bactericida natural (O3) es una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno. El ozono es un gas que se encuentra de forma natural en las capas superiores de la atmósfera y se caracteriza por tener un gran poder oxidante. Este poder oxidante convierte al ozono en una solución desinfectante muy eficaz y segura, ya que se utiliza desde hace décadas en hospitales y en la industria alimentaria.
La desinfección con ozono elimina patógenos oxidando el recubrimiento de virus, bacterias y hongos y un amplio espectro de microorganismos, los cuales son desactivados. Una vez ocurrido esto, el ozono se descompone de la misma forma que ocurre naturalmente en la atmósfera y vuelve a oxígeno, por lo que no deja ningún tipo de residuo químico. El ozono es más eficaz cuando se utiliza en espacios cerrados y desocupados. Es importante señalar que no tiene ningún efecto desinfectar lugares vacíos con productos químicos cuando se presentan infecciones cuando hay personas en su interior. Es la opción más sostenible y ambientalmente eficiente. También actúa como un potente desodorante, eliminando todo tipo de olores.
Ahora que ya conoces cómo se propagan los virus y/o enfermedades en el aire, ¿qué esperas para proteger el aire de tu hogar, oficina, y así asegurar la salud de tu familia, personal y clientes?
El pelo de animal no es la causa de la alergia.
Mucha gente piensa que las alergias a los animales son causadas por el pelaje (o pelo) del animal. Las personas alérgicas piensan en un gato persa con pelaje de león e inmediatamente empiezan a estornudar.
Lo que realmente causa la alergia son las partículas de caspa que contienen los alérgenos que se forman en las secreciones de las glándulas sebáceas y la saliva. Al igual que en los humanos, la capa de piel de los animales se renueva en forma de escamas microscópicas. Estas partículas pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo, quedar suspendidas por cualquier movimiento y luego ser inhaladas.
Por esta razón una persona alérgica puede tener síntomas nada más entrar a una casa, haya o no mascotas presentes en ese momento.
Lo recomendable en estos casos es tener en casa un sistema de purificación de aire para que atrape todas las partículas del ambiente, reduciendo así significativamente, y en algunos casos evitando, reacciones alérgicas dentro de la familia como también con las visitas. ¿Sabías que un purificador de aire eficiente con filtros HEPA puede reducir el contenido de un alérgeno en el aire en un 90% o más?
Uno de los medicamentos más recetados para las personas alérgicas son los antihistamínicos. Como su nombre lo dice, son responsables de inhibir la histamina en los receptores H1.
La histamina es una sustancia química presente en todos los tejidos del cuerpo que interviene en reacciones alérgicas e incluso en las secreciones estomacales. Cuando se toma la píldora, este receptor H1 se estabiliza durante un par de horas y no se produce el efecto de alergia, secreción nasal, estornudos, lagrimeo y otros efectos alérgicos.
Algunos medicamentos consiguen reducir los molestos síntomas de las alergias pero no curan la enfermedad, sino que proporcionan momentos temporales de alivio.
Algunos efectos secundarios de los medicamentos son: somnolencia, taquicardia, palpitaciones, arritmias cardíacas, hipertensión, estreñimiento, retención de orina, insomnio, dolores de cabeza, depresión del sistema nervioso central y convulsiones.
Es importante recordar que el cuerpo es inteligente y que si se toman estos medicamentos por períodos prolongados de tiempo se genera una tolerancia, el cuerpo se acostumbra y se debe aumentar la dosis, creando dependencia al medicamento.
Según el doctor Víctor Dongo Zegarra, director de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas del Perú, el 60% de los síntomas virales y de alergia no requieren medicación, sino tratamientos asintomáticos como reposo, líquidos calientes, infusiones y uso de aire. purificadores de aire.
El tratamiento médico habitual a veces incluso aumenta las reacciones alérgicas.