Hervir agua durante un periodo prolongado puede provocar la pérdida de oxígeno disuelto y compuestos volátiles, lo que puede afectar el sabor y el olor del agua.
Cuando se calienta el agua, el cloro, las coralinas y algunos COV pueden evaporarse en el aire, lo que seria un problema si no se mantiene una ventilación adecuada.
El agua hervida puede aumentar la toxicidad de algunos de los contaminantes. El calor es un catalizador para algunas sustancias químicas, lo que alterará y transformará ciertas sustancias químicas en algo más tóxico. No elimina metales pesados, como plomo, arsénico y mercurio, lo cual causan graves problemas a la salud. Tampoco elimina todas la bacterias y virus del agua, que pueden causar enfermedades transmitidas por el agua.
Aunque existen muchos métodos y recomendaciones para consumir el agua, utilizar un purificador de agua de alta calidad sigue siendo la recomendación más segura y efectiva en el mercado.